Cumbre de los Pueblos inicia en Brasil como alternativa a la COP30

El evento busca contrarrestar lo que los movimientos populares califican de «falsas soluciones» a la crisis climática global.

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Cumbre de los Pueblos.
Cumbre de los Pueblos.

La Cumbre de los Pueblos inició este miércoles 12 de noviembre en Belém, Brasil como un espacio de resistencia y propuesta alternativa a las discusiones oficiales de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30).

El acto de apertura congregó a unas 5.000 personas abordo de 200 embarcaciones, que navegaron por la cuenca del río Amazonas. Esta movilización inicial representa la llegada de movimientos populares de 62 países.

El evento, que se extenderá hasta el próximo 16 de noviembre en la Universidad Federal de Pará (UFPA), campus de Guamá, busca contrarrestar lo que los movimientos populares califican de «falsas soluciones» a la crisis climática global.

Organizada por más de 1.100 organizaciones de la sociedad civil, se espera que la Cumbre reúna a más de 30.000 personas que intercambiarán experiencias y denunciarán a quienes, según ellos, destruyen el ambiente.

«Iniciamos la Cumbre de los Pueblos… reforzando nuestra resistencia a las falsas soluciones presentadas por la COP30, que lleva consigo la marca de proyectos para destruir la naturaleza, contaminar ríos, envenenar bosques», sentenció Ayala Ferreira, líder nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).

A diferencia de la COP30, centrada en negociaciones intergubernamentales, la Cumbre de los Pueblos ofrece un ambiente colectivo y diálogos abiertos al público. Su programa se basa en seis ejes fundamentales que incluyen la reparación histórica y el racismo ambiental, la transición justa, y la soberanía alimentaria.

Los organizadores destacan que las respuestas a un mundo sostenible provienen de la gente de las aguas, bosques, campos y periferias, quienes resisten con sus prácticas colectivas, agroecológicas y ancestrales.

No obstante, en un hecho histórico, el movimiento indígena brasileño con apoyo del Gobierno federal, aseguró una participación masiva en la COP30. Como resultado de esta coordinación, cerca de 400 líderes indígenas obtuvieron acceso a los espacios oficiales de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Además, se estableció un pueblo indígena («AldeiaCOP») dentro del campus de la UFPA en Belém. Este espacio de encuentro acoge a 3.000 miembros de comunidades originarias, incluyendo delegaciones de pueblos tradicionales procedentes de otras regiones de América Latina, África y Asia.

Esta movilización constituye la mayor presencia de pueblos originarios registrada en la historia de las conferencias climáticas, según el Ministerio de Pueblos Indígenas (MPI) y la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (Apib).

Durante la inauguración de la AldeiaCOP el pasado martes 11 de noviembre por la noche, la ministra de Pueblos Indígenas, Sônia Guajajara, resumió el mensaje central de la movilización. Guajajara enfatizó que, aunque el mundo conoce la Amazonía como el bosque tropical más grande, a menudo ignora que su protección. Asimismo, denunció que el bioma está siendo «violado, destruido con el uso depredador de tierra y naturaleza».

En esta misma línea, puntualizó que «no habrá solución sin la presencia indígena», buscando un legado de compromiso con la demarcación y protección de los territorios indígenas como estrategia clave contra la crisis climática.

Tanto las organizaciones de la Cumbre como los pueblos indígenas exigen que la discusión de la agenda climática se base en la justicia climática. Sara Pereira, de Fase del Programa Amazonas, comentó: «No habrá una transición justa mientras no se garanticen derechos a los pueblos tradicionales».

Todas las fuerzas movilizadas se unirán en la Marcha Unificada el sábado 15 de noviembre, un evento central para visibilizar que la justicia ambiental está directamente ligada a la defensa de la vida y los territorios.

El ambiente en Belém ha estado marcado desde el pasado jueves 6 de noviembre por la presencia de presidentes, ministros y jefes de Estado, convocados por las discusiones de la Cumbre del Clima y la COP30. Sin embargo, a partir de esta semana, la llegada de flotillas y caravanas de activistas ha alterado la agenda oficial.

Los organizadores de los eventos gubernamentales han tenido que enfrentar marchas diarias y protestas públicas que denuncian proyectos de gran escala con alto impacto ambiental en la región amazónica como el Ferrogrão y la exploración petrolera en la desembocadura del río Amazonas.

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