Soberanía en venta: el "Acuerdo Comercial con EE. UU." desmantela a la Industria Nacional bajo la lógica de la asimetría

El "Marco de Acuerdo de Comercio Recíproco e Inversión" anunciado por los gobiernos de Argentina y Estados Unidos, lejos de ser un "entendimiento histórico" como lo celebran las cúpulas oficiales, configura un mapa de concesiones profundas.

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Javier Gerardo Milei.
Javier Gerardo Milei.

El análisis pormenorizado del acuerdo, sumado a las críticas de sectores locales, expone una asimetría comercial que favorece de manera abrumadora a Washington, consolidando a la Argentina como un mero proveedor de recursos y un mercado abierto a productos manufacturados y farmacéuticos de alto valor agregado provenientes del Norte.

La Reciprocidad que no fue: Mercado Abierto versus Concesiones Focales

Uno de los puntos más críticos del pacto es el desnivel en el acceso a mercados. Mientras que Argentina se compromete a otorgar un acceso preferencial a bienes estadounidenses clave —incluyendo productos químicos, maquinaria, tecnología de la información, dispositivos médicos, vehículos automotores y una amplia gama de productos agrícolas—, la "reciprocidad" de EE. UU. es notablemente acotada.

La eliminación de aranceles por parte de Washington solo se aplicaría sobre "ciertos recursos naturales no disponibles" y "artículos no patentados para uso farmacéutico" (Video, [08:41]). Esto responde al histórico Informe 301 de EE. UU. y a los reclamos de las grandes corporaciones nucleadas en CAME/ELI LILLY, poniendo en jaque a la industria local de medicamentos genéricos (SILFA), que perdería su ventaja competitiva, resultando en un potencial aumento de costos para la salud pública (Video, [17:51]) facilita la entrada de marcas como Tesla y otros fabricantes norteamericanos, sin considerar las regulaciones locales, lo que genera una presión insostenible sobre la cadena de valor automotriz argentina.

El Campo como Zona de Sacrificio Geopolítico

A pesar de que el gobierno argentino celebra la mejora en el acceso para la carne bovina, el acuerdo introduce flancos críticos en el sector agrario, tradicional motor de divisas:

Competencia Directa: Argentina acepta la entrada de ganado bovino vivo y se compromete a permitir la importación de productos avícolas de EE. UU. en el plazo de un año, además de simplificar los registros para carne vacuna, porcina y lácteos (Video, [21:00]). Esto implica la apertura a un competidor directo y subsidiado, impactando a los productores locales

Ataque a la Soberanía Fiscal: El entendimiento establece el compromiso de ambos países de trabajar para "estabilizar el comercio mundial de soja" (Video, [46:14]).

Alineamiento Total y el Factor China

En un plano geopolítico, el acuerdo no solo es comercial, sino una señal de alineación incondicional con la agenda de Washington en su competencia con China. El texto incorpora cláusulas que buscan restringir el comercio con empresas estatales chinas, avanzar en la cooperación en la cadena de minerales críticos y coordinar esfuerzos contra la pesca ilegal (en referencia a la flota asiática) (Video, [45:00]).

De esta forma, el pacto hipoteca parte de la autonomía de política exterior de Argentina a cambio de un acceso a mercados que, en la balanza final, parece significar la apertura asimétrica del mercado interno para la producción de Estados Unidos

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